jueves, enero 02, 2014

Sobre botas y botines...



Botas y borceguíes

Si bien son parecidos y se usan en temporada de bajas temperaturas, botas, botinetas y borceguíes son bien diferentes en cuanto al modelaje. Los borceguíes por definición, tienen cordones, tiras con abrojos o hebillas o algún sistema similar de ajuste, las botas y botinetas pueden presentar o no cierre, y esto define como se desarrolla el modelaje.
Las botas sin cierre son llamadas, botas de tipo caño o de montar. El modelaje se realiza con gráficos de cañas, de medidas estándar que se adaptan a cada altura de taco y a cada horma, que debe ser necesariamente, una horma para bota de montar. Esta horma tiene material suplementario en la zona de la llave de la bota, que es la entrada del pie en la bota, (además de la salida de la horma una vez armada la bota). Esta llave es una medida que cambia según se trate de botas para niños, adultos, hombres y/o mujeres, variando también el ángulo sobre el que se aplica, de acuerdo a la altura del taco. Esta llave con su largo y ángulo reglamentario es la que se aplica en el gráfico. Luego, sobre este gráfico se ubica el patrón de horma y se desarrolla el molde.
En las botas tipo caño es fundamental el llamado talón gamuza en el forro para “trabar” el pie al caminar ya que este tipo de calzado no tiene otra forma de ajuste. Las botas vaqueras y las botas salteñas pertenecen a este grupo y el modelaje responde al mismo.
Las botas con cierre se diseñan sobre otro gráfico que acompaña la forma de la pierna con medidas estándar y su propia llave con largo y ángulo diferentes para cada altura de taco. La horma adecuada para este tipo de calzado también es específica y una vez obtenido el patrón de la misma, se ubica en el gráfico y se procede al modelaje.
En estas botas, es aconsejable hacer una abertura triangular en el borde superior de la caña y elastizarla, logrando un mejor ajuste al calzarla y exigir menos esfuerzo al cierre en caso de ajustar mucho la pierna.
De igual manera, botinetas con cierre y borceguíes, se desarrollan sobre gráficos estándar con su correspondiente llave y sobre los cuales se ubica el patrón de horma, horma que también presenta una medida diferente en la zona del empeine y que responde a la llave mencionada. Las botinetas vaqueras con elástico pertenecen a este grupo y en consecuencia el modelaje también.
Es importante tener en cuenta que se habla de la botineta con cierre, una botineta sin cierre debe ser diseñada y graficada como una bota caño y armada en una horma para ese tipo de calzado.
En el molde o ficha de producto, debería constar el ancho de cierre que se calculó en el modelaje y hay que usar ese ancho;  un ancho mayor produce un armado no centrado ya que el centro del corte se desplaza hacia el lado contrario al cierre, si es un ancho menor, el componente textil del cierre puede estirarse y romperse o bien, podrían debilitarse, los dientes del cierre o el deslizador, y romperse al poco tiempo de uso.
Es conveniente al aparar el cierre, si el forro no se preparó para que cumpla esa función, agregar un refuerzo tipo espigarella en la zona de tensión para que soporte el tirón del armado.
En el aparado, los bordes de la pieza que lleva el cierre se pegan junto a los dientes del mismo, sin embargo, las costuras hay que hacerlas a un mínimo de 2 mm de los bordes para no entorpecer la carrera del deslizador.
El cubrecierre brinda protección al pie del usuario y a la vez facilita la carrera del deslizador.
Los elásticos de hebillas y en general cualquier elástico funcional, deben apararse con espigarella o refuerzos similares y hay que cortarlos antes de sacar de horma el calzado.
La tendencia actual muestra borceguíes con cierre, y el modelaje responde a la técnica de la botineta con cierre y mantiene las reglas del borceguí. La lengüeta es más que una pieza secundaria, cumple la función de proteger la delicada zona del empeine de ojalillos mal remachados y/o cordones muy ajustados, por esta razón es importante que en el aparado sea bien posicionada para que cumpla con su función adecuadamente y no se tuerza al caminar, y si el estilo del calzado lo permite, debe forrarse con un material suave y rellenarse con algún tipo de material espumado.

La elección de la horma también define la altura del contrafuerte, cuando la horma es la correspondiente, el contrafuerte puede tener la altura recomendable para brindar la estabilidad necesaria; en una bota o borceguí, el pie y parte de la pierna, están contenidos en el calzado y deben moverse como un todo y en realidad, las partes que intervienen en el caminar, pies, tobillos, piernas lo hacen con movimientos articulados, secuenciales e independientes. Además, el material del contrafuerte deberá ser más grueso que el usado comúnmente y por esto, sus bordes deben ser rebajados a cero.
El margen de armado, si bien siempre responde al tipo de material y sistema de montado, para un cuero de espesor medio, en armado convencional, el margen debería ser de 18 a 20 mm. La zona donde asienta el taco, conocida como base, debería “semillarse” para lo cual es necesario que las hormas tengan chapa en el talón de la planta y que la plantilla de armado cuente con refuerzo de cartón fibra en la misma zona.
Es fundamental el cambrillón aún en los tacos bajos.

Para brindar más confort, puede adosarse a la plantilla de armado goma EVA de 2 o 3 mm.
Para planchar mejor las cañas, se pueden reforzar con un no tejido autoadhesivo, que brinda firmeza y mantiene flexibilidad.
Una mención especial para las botas y borceguíes que se van a subir a las plataformas este invierno; este tipo de base no permite la flexión al caminar y obliga al pie a suplir esta falta con movimientos extras que a su vez, se ven limitados por las cañas, provocando malos esfuerzos y tal vez, consecuentemente, dolores musculares o tendinitis. La moda no incomoda?